
La clave del bienestar en una residencias de adultos mayores
En el proceso de envejecimiento, la necesidad de afecto y compañía se vuelve crucial para garantizar el bienestar de nuestros seres queridos en las residencias de adultos mayores.
Si bien los cuidados médicos y las instalaciones de calidad son innegociables, la salud emocional con base en estos dos elementos desempeña un papel fundamental en la calidad de vida de nuestros residentes.
¿Qué papel juega el afecto en la vida humana?
El afecto es una necesidad básica en cualquier etapa de la vida; sin embargo, es en la infancia y en la tercera edad donde recibirlo se vuelve vital, además de contribuir directamente al bienestar emocional de nuestros adultos mayores.
Uno de nuestros compromisos en Ballesol es crear espacios que promuevan el afecto y la compañía, desde actividades grupales y salas de estar acogedoras, hasta la participación en eventos comunitarios.
Estamos conscientes de que la creación de programas que fomenten la interacción social y las relaciones afectivas es tan valiosa como cualquier tratamiento médico.

Compañía, ¿sinónimo de estar presentes?
Erróneamente, se tiene la idea de que la mera presencia constituye en automático la noción de brindar «compañía». En Ballesol sabemos que la ausencia de compañía emocional tiene consecuencias negativas para la salud mental y física. Por ello, nos preocupamos y esforzamos en la creación de verdaderos vínculos afectivos entre personal y residentes, lo que impacta de manera positiva en su sentido de pertenencia.
En este sentido, familiares y amigos también juegan un papel crucial, en donde las visitas constantes, llamadas telefónicas o involucrarse en actividades pueden marcar una diferencia.

El compromiso de las residencias de adultos mayores
La concientización de la importancia del afecto y la compañía en las residencias de adultos mayores es el primer paso en un largo camino de conseguir un cambio significativo.
La atención centrada en el afecto y la compañía no solo tiene impacto en lo emocional sino también en la salud física, reduciendo el estrés. Esto, a su vez, mejora el sistema inmunológico y la calidad de sueño.
Por ello, es imprescindible que las residencias de adultos mayores asuman un rol activo, promoviendo un ambiente en donde todo el personal esté debidamente capacitado.
También es crucial que sean conscientes del impacto del afecto y la compañía, fomentando y creando espacios encaminados a mejorar la calidad de vida de quienes nos han dado lo mejor de la suya. Así, se sentarán las bases de un envejecimiento digno.
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